La batalla de precios entre las empresas tabaqueras se acentúa con la última rebaja de la Philips Morris, que baja su precio de 10-20 céntimos entre sus cajetillas (Malboro, Chesterfield, L&M).
Éstos son los terceros movimientos de precios en menos de un mes, para, según Philips Morris, defender su cuota de mercado en un mercado deteriorado.
Las bajadas de precios de éste se han producido justo una semana después de que Altalis decidiera bajar sus principales marcas para proteger su competitividad.
Estas acciones han propiciado que BAT se sume a la lucha y arrastrara a JTI.
La Ministra de economía se lo ha tomado como un reajuste del mercado, y anuncia que no piensa subir los impuestos.
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Tras ésta bajada de precios, las tabaqueras anuncian que será la última batalla, debido al poco margen económico del que disponen.
Por otro lado, la caída de los precios repercute en los impuestos sobre el tabaco, haciendo que hacienda recaude menos. Según las cifras estimadas perderemos en recaudación pública unos 1.000 millones de euros.
Ante esto, el gobierno se plantea revisar la fiscalidad para intentar evitar las pérdidas, aunque parece que el problema se afrontará en los presupuestos de 2012.
Las compañías tabaqueras han declarado que subir los impuestos no es la solución, ya que según la AFI España es uno de los países de la UE con la fiscalidad más alta. Proponen un mantenimiento de la presión fiscal pero equilibrando los impuestos específicos y variables.
Así se repartiría a las tabaqueras más pequeñas, y no que el sistema actual beneficia solo a Altadis. Aunque hay que tener en cuenta que es la última con centros de producción en España.
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